Después de tres días de máxima intensidad en el Circuit de Barcelona-Catalunya, Espíritu de Montjuïc se ha despedido de su séptima edición. El festival revival se presentaba con un elenco muy especial, los más de 220 participantes de las Peter Auto Series, uno de los certámenes más prestigiosos de clásicos de los años 60, 70, 80 y 90. Los entusiastas del motor han podido disfrutar con un total de siete carreras disputadas hoy en el trazado catalán, que se ha vestido de gala con un paddock lleno de atractivos. Como si de un parque temático inspirado en las míticas carreras del trazado urbano barcelonés de Montjuïc se tratase, el Circuit de Barcelona-Catalunya ha acogido a una gran cantidad de familias y aficionados.
La primera de las pruebas ha arrancado puntual a las 10 de la mañana con The Greatest Trophy, nombre que bautiza el antiguo Trofeo Nastro Rosso. La segunda carrera del campeonato de origen italiano ha visto brillar por encima del resto a Vincent Gaye. El belga ha firmado dos de dos victorias con un Ferrari 275 GTB/C de 1966, así como la pole position. El tercer escalón del podio lo ha ocupado un representante de casa, Guillermo Fierro, que compartía su Maserati 300 S 1957 con el británico Steve Hart.
La Heritage Touring Cup se ha estrenado hoy con una única prueba programada a una hora. El Circuit de Barcelona-Catalunya ha sido testimonio de cómo el antiguo Campeonato de Europa de Turismos (ETCC), disputado entre 1966 y 1984, coronaba a un piloto local como vencedor. A los mandos de un Ford Capri 3100 RS, Gérard López y Richard Meaden han podido imponerse a los 30 competidores que tenían. Con un clásico de 1974, el dueto ha hecho frente a la presencia del coche de seguridad y a una pista resbaladiza a causa de la lluvia.
Una de las parrillas más atractivas y numerosas era la de la Classic Endurance Racing I, un certamen de resistencia de GTs y prototipos de los 60 y 70. Gérard López, el español que fue director deportivo del equipo de F1 Lotus entre 2014 y 2016, ha vuelto a subir al escalón más alto del podio. En este caso lo ha hecho con un Lola T70 MkIII B de 1969. Este primer lugar absoluto le ha servido para ser el propietario también del Trofeo Javier del Arco.
Paul Lafargue ha conquistado la Classic Endurance Racing II, que reunía coches más modernos que la anterior. El francés lo ha hecho con un Lola T 298 BMW 1979. La dinámica ha sido la misma, una hora de máxima intensidad, con la presencia del coche de seguridad durante gran parte de la prueba, que ha clausurado el programa dominical de carreras y la actividad en la pista del Circuit.
Group C Racing ha premiado al Mercedes Benz C11 1989 pilotado por Kriton Lendoudis y Rui Aguas. El griego y el portugués se han recuperado del discreto resultado de ayer, que les dejó insatisfechos después de haber marcado la vuelta rápida. Este campeonato reunía espectaculares unidades de los años 80 y 90, coches de hasta 700 CV de potencia que disputaron campeonatos como el Mundial de Resistencia o las 24 Horas de Le Mans.
La única carrera de clásicos al sprint en esta jornada dominical ha venido de la mano de la Euro F2 Classic. Philippe Scemama ha ganado con un March 752 de 1975. El checo salía desde la última línea de la parrilla, pero aun así se ha impuesto sin problemas. Charles Veillard, el vencedor de ayer, ha sido segundo con su Ralt RT 1 del 1977.
Acompañando a las joyas clásicas de la automoción, la Clio Cup Spain disputaba la primera cita de su calendario deportivo 2018. Si ayer David Pouget (GPA Racing) se llevaba el oro y Nicolas Milan (Milan Competition) la plata, hoy se han intercambiado los papeles. Los franceses han vivido una auténtica batalla hasta la última curva, cuando la balanza se ha decantado hacia Milan. Thibaut Bossy (TB2S) ha aprovechado esta disputa para acercarse a los líderes, pero finalmente ha firmado la tercera posición. Jordi Palomeras (GPA Racing) ha sido el mejor clasificado local, defendiendo la cuarta posición. El catalán partía muy atrás en la parrilla de salida, pero un ritmo constante le ha hecho remontar hasta seis posiciones.
Un salón de competición histórica
Los alicientes que presentaba Espíritu de Montjuïc no sólo se encontraban en la pista. Para lograr un ambiente auténtico, el paddock del Circuit de Barcelona-Catalunya ha hecho un viaje al pasado.
Los más pequeños han podido conocer y vivir este retroceso mágico con muchas actividades para ellos. La carpa del circo ha homenajeado a Charlie Rivel y ‘Los Payasos de la Tele’ y ha acogido más talleres. Nuevamente, un jurado profesional ha examinado con detenimiento los vehículos en el concurso de elegancia ‘Arte en Movimiento’. Con coches de distintos países europeos, Seat ha aportado la representación de casa. La marca nacional ha conmemorado el 50º aniversario del Seat 124. No ha faltado tampoco la música, las clases de baile o las compras en la zona de mercado.
La Renault Passion Experience ha completado los atractivos que se encuentran en el paddock del Circuit. Una variedad de modelos de la marca francesa con distintas actividades de conducción para disfrutar, así como simuladores de conducción o circuitos de seguridad vial.